Los suicidios son un problema de salud pública que está oculto a pesar de que se cobran la vida de más personas que los homicidios, los conflictos bélicos y los desastres naturales juntos, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La agencia sanitaria de Naciones Unidas presentó hoy el primer informe sobre el suicidio, que revela que cada 40 segundos una persona se quita la vida en el mundo.
En números absolutos esto quiere decir que 800.000 personas se suicidan anualmente, más que el conjunto de las 500.000 que son víctimas de un homicidio, de las 200.000 que mueren a causa de un conflicto bélico o de las fallecidas por un desastre natural.
«El suicidio es un problema oculto, en relación con el cual hay malentendido: pensar que el mayor número de suicidios se comenten en los países ricos. Esto no es verdad. El 75 por ciento de los suicidios ocurren en los países en desarrollo», señaló en rueda de prensa Shekar Saxena, director del departamento de Salud Mental de la OMS.
Las cifras del informe de la OMS están basadas en estimaciones deen los datos con los que cuenta la organización, que sabe que en la realidad hay muchos más casos que no se cuentan.
Precisamente, uno de los principales problemas es el estigma y el tabú que rodea al tema, y el hecho en que al menos en 35 países hay leyes que prohíben o penalizan el acto de quitarse la vida.
«Esto es muy peligroso porque es un impedimento para buscar ayuda. Porque la persona que piensa en suicidarse no busca ayuda por el miedo a las consecuencias directas para ella o para su familia», explicó Saxena.
«Hay casos absurdos en los que, por ejemplo, una persona que ha tomado una sobredosis de droga acaba en la cárcel, en lugar de en un centro de salud», afirmó, a su vez, Ella Arensman, presidenta de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio.
Ante esta realidad, la OMS pidió a los gobiernos que deroguen dichas leyes y que, en cambio, ejecuten planes de prevención del fenómeno.
Sólo 28 países en el mundo cuentan con un plan estratégico para prevenir el suicidio de su población, y únicamente unos 60 recopilan datos de los suicidios cometidos.
Asimismo, la OMS cree que los medios de comunicación deberían hacer una cobertura «más responsable» de los casos de suicidios.
«Está probado que cuando se publicita de manera sensacionalista un suicidio, las personas vulnerables que están pensando en quitarse la vida, pasan a la acción, porque se sienten identificadas con el problema y con la solución tomada por la persona famosa que acaba de morir», señaló Arensman.
«Existe un gran factor de incitación. ¿Si no informamos de cada persona que muere de cáncer, porque lo hacemos de cada una que se tira al tren?», reflexionó la experta.
Con respecto a las causas del suicidio, en los países desarrollados esta práctica se relaciona con desórdenes mentales, provocados especialmente por el abuso del alcohol, y con la depresión.
Sin embargo, la principal causa de los suicidios en los países de ingreso bajos y medios, donde se registra el mayor número casos, es la presión y el estrés por problemas socioeconómicos.
Además, muchos casos de suicidio se dan en personas que han tenido que superar un conflicto bélico, un desastre natural, violencia física o mental, abuso o aislamiento.
Asimismo, los índices de suicidio son también altos entre las personas que sufren discriminación, como los refugiados, inmigrantes, homosexuales o reclusos.
También está probado que el intento de suicidio es el primer factor de riesgo para que una persona vuelva a tratar de quitarse la vida una segunda vez y lo consiga.
Aunque los índices de suicidio son más altos entre las personas mayores de 70 años, este es la segunda causa de muerte en la población de entre 15-29 años.
Generalmente, más hombres que mujeres se suicidan. En los países ricos, tres veces más hombres que mujeres cometen suicidio.
Respecto al método empleado, el 30 % de los suicidios se deben a envenenamiento por pesticidas -en zonas agrícolas deprimidas-; otros sistemas comunes son el ahorcamiento y el uso de armas de fuego.
«Hay evidencias de que si se impide el uso de un medio (para suicidarse), los índices de suicidio disminuyen drásticamente, porque no están disponibles otros medios que los sustituyan», explicó Arensman.
Según datos del Informe sobre Armas Ligeras, en Europa y Estados Unidos el número de suicidios llevados a cabo con armas de fuego supera al de los homicidios.